Posts tagged ‘robertolopezmoreno’

12 febrero, 2013

EL TRÓPICO EN LA POESÍA DE CARLOS PELLICER

por chilemexico
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Por Roberto López Moreno

 

De las selvas de Chiapas, aún de más allá, baja recio, poderoso, el río Usumacinta, lagarto hidráulico que parece que no tuviera principio ni fin. No existe manifestación más poética en las presencias de la naturaleza que la realidad del río, poema horizontal que como la vida misma, fluye, eterno, hacia adelante, sin retorno posible. Ahora, a fuerza de acto poético, vamos a convertir la poesía en el poeta. Entonces el Usumacinta es un largo y ancho poeta en la carne verde del sureste, en su llama alzada por la clorofila toca los nombres de Tabasco y Chiapas y los junta, y los hilvana, como solamente el poeta, la poesía, puede hilvanar el fuego.

El río avanza, rompe la selva, la abre; con su falo de agua irrumpe a la mitad de una carne de piares, graznidos, gorjeos, chasquidos, sonidos misteriosos, rumorosidad varia, y a cada paso suyo lleva la novedad del día y de la noche. Entonces toca al hombre y empieza a arrastrar historia en su corriente. Entonces la poesía del río, el poeta que es, se coloca más que nunca sobre su rostro de agua el rostro del tiempo.

Desde la lejanía de su origen el río sabe en su corriente los preámbulos del hombre, así como sus logros más cumplidos plasmados en el dibujo de la piedra testimonial. El cosmos ha bajado a las manos del hombre; el universo está en la tierra, se vuelve grito, mito, rito, se vuelve religión y arquitectura y el río poeta lo sabe desde entonces, lo sigue sabiendo en su fluir inagotable.

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18 enero, 2013

YO NO LO SED, DESIERTO…*

por chilemexico

*Título tomado de un verso del poeta Felipe Varela

Pero soy de la patria del agua y tengo sed;

pero soy del lugar a donde el sol bajó a hacer su casa

para que savia hubiera y sed tenemos.

Yo no lo sed.

Pero soy de donde el hambre, la muerte,

el guiño artero de la desesperanza.

Yo no lo sed…

Pero sí lo sed, hasta la última célula de mi estremecimiento.

Yo no lo sed, desierto, pero yo sí la sed y la maldigo,

sobre prestigios literarios pagados con el hambre,

sobre el puesto político ascendido sin pudores,

desde el saqueo, desde la raíz de barro y calcio de mis muertos.

En sólo tres golpes de dados se comieron a mi tierra.

¿Cuántos millones cuestan los críticos políticos y literarios

para que desde el mundo digan que eres Dios?

Dime cuánto tzotzil, dime cuánto tzeltal… …Yo… …desierto…

Al centro Roberto López Moreno, a la izquierda el poeta Alejandro Zenteno y a la derecha el poeta Estuardo H. Rendón, fundadores del Movimiento Poético Laconista.

Al centro Roberto López Moreno, a la izquierda el poeta Alejandro Zenteno y a la derecha el poeta Estuardo H. Rendón, fundadores del Movimiento Poético Laconista.

Roberto López Moreno.

27 febrero, 2012

Acerca de Aurora Reyes,primera muralista mexicana.

por chilemexico

Comparto para nuestros lectores de Puerta Abierta Chile-México, este texto de Roberto López Moreno, escritor chiapaneco, con relación al libro de Aurora Reyes. Fue leído en la Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería, Ciudad de México. Seguramente lo disfrutarán. Esperamos sus comentarios.

Clara del Carmen Guillén

Aurora Reyes fue la primera muralista mexicana. Mujer fuerte y contundente como la piedra de la que habían sido los ídolos prehispánicos. En su casa de Coyoacán, calle de Xochicaltitla, mientras me platicaba de su amistad con Diego, con Frida no, porque con ella lo que había era hermandad plena, con Xavier Guerrero, con O’Higgins, con Siqueiros, con Fermín Revueltas; me ponía en el tocadiscos aquellas enormes ruedas de pasta de milloncientas revoluciones por minuto, con los nobles afanes de la Orquesta Filarmónica de Londres tocando obras de Shostakovich y de Revueltas. En esos discos oí Cuauhnáhuac, Sensemayá, Redes, La noche de los mayas. Y después de Revueltas la oí hablar apasionadamente de Lázaro Cárdenas y mentar madres a los que en los sesenta, desde su investidura, se habían dedicado a matar estudiantes en las calles de la ciudad de México.

 

Los pintores conocían bien a Aurora Reyes, los estudiosos de las artes plásticas, también. Los investigadores de la poesía en México la conocían menos. Y así, con ese menor conocimiento, con intención o sin ella, se nos escamoteó durante muchos almanaques, a una de las más grandes poetisas mexicanas del siglo XX, un enorme fragmento de los monolitos déicos que traté de describir al principio de estas líneas.
Mi visión respecto a las poetisas mexicanas del siglo pasado es la siguiente: existieron en este lapso excelentes escritoras, de primer orden, Margarita Michelena, Concha Urquiza, Emma Godoy, Griselda Álvarez, Pita Amor, Enriqueta Ochoa, Dolores Castro y tantas más de excelencia, pero a mi modo de ver, quienes engloban a todas ellas son dos, que se ubican en dos extremos estéticos y en dos extremos geográficos de lo que conforma México. Las dos autoras son Aurora Reyes y Rosario Castellanos, los dos extremos; la una, nacida chihuahuense, extremo norte; la otra, nacida chiapaneca, extremo sur, y en medio la patria. Entre las dos cúspides hay dos universos. En la antología “Poetisas mexicanas del Siglo XX”, editada en 1976 por la Dirección General de Publicaciones de la UNAM, antología firmada por el doctor Héctor Valdés, éste, asienta al hablar de la chiapaneca: “Rosario Castellanos muestra ya una posibilidad de evolución que será clara en años posteriores, como lo confirma la lectura de su obra; lleva los temas y el lenguaje de la mujer a la expresión poética más acendrada y de más definido valor universal”, pero ya antes había señalado que todas las poetisas de ese tiempo realizaron un trabajo “intimista”, en que el “yo” poético es preponderante y que sólo en este sentido su lenguaje es identificable como tendencia generacional. La citada generación es la primera que hace hablar a la crítica de: “poesía femenina”.

 

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5 diciembre, 2011

POR ESTE LADO DEL MUNDO Roberto López Moreno

por chilemexico

Hoy, por medio de la columna «Molinos de viento» del periodista Roberto Rodríguez Baños, Roberto López Moreno se enteró del asesinato de la actriz y gran amiga suya Julia Marichal. En medio del dolor que le causa la noticia, nos comparte que en 1998, el Instituto Veracruzano de Cultura publicó su libro «Négridas» que contiene “Por este lado del mundo” que según sus lectores es el poema más importante, y fue escrito precisamente para Julia, la que en aquel entonces presentaba un espectáculo poético denominado «Caribe negro. Lo presentamos ahora, como homenaje del poeta a la inolvidable actriz, digna representante de una de las tres raíces principales que conforman nuestro ser latinoamericano.

POR ESTE LADO DEL MUNDO

a Julia Marichal

Por este lado del mundo
repica nuestro tambor,
cuero rojo, cuero negro,
tiquitac del corazón;
aquí la madera canta

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21 julio, 2011

Si vas para Chile, Roberto López

por Patricia Gomez Silva

SI VAS PARA CHILE…

A Frida Modak

Roberto López Moreno

Nada queda lejos de ti, Gonzalo Rojas,/ tu risa… tu decir… y tú, en medio,/ repartiendo centímetro y minuto para todos… Es mi principio. Hoy, muy temprano, recibí el correo electrónico que me envió Pascual Borzelli avisándome que allá, en Chile, acaba de fallecer el poeta Gonzalo Rojas. Después de asimilar el mensaje me puse a leer en voz alta, casi a gritos, unos versos de Rojas; casi a gritos, para que toda la cuadra se enterara de que existen esos versos; que alguien los escribió y que existen, que existen, que están en un libro, impresos en papel, pero que también pueden estar en el aire y muy. Entonces, “a grito pelón”, como se dice aquí en México, vociferé aquello de “No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,/ pero no puedo ver cajones y cajones/ pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto/ llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver/ todavía caliente la sangre en los cajones…” Han transcurrido algunas horas, pocas, pero me siento más sosegado; es mejor escribir que gritar, mucho mejor, digo. Hace frío. Nunca me había detenido a considerar que estos edificios del primer cuadro de la ciudad son unos

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